Negro
Negro, así era él, y no me refiero a su color de piel, sino a su alma: negra, oscura, pútrida. No sé exactamente cómo llegó a mi vida ni de qué forma la jodió en toda su esencia, o tal vez sí, quizás siempre estuvo de una forma u otra en ella, quizás, él siempre perteneció a mí. ¿Cuánta influencia puede ejercer una pe...