Moulin rouge.
Ofrecido como tributo para salvar a los Yakuza, degradado a un objeto, humillado y despojado de su identidad, él lo tomó, él lo destruyó, él lo reconstruyó, Eiji era suyo. Pero entonces dejó de servirle. Y le disparó. "Quiero vivir", fue lo último que Eiji pensó. Sin embargo, cuando creyó todo perdido, el sucesor más...