Para Aprender a Quererte
El teléfono sonó de madrugada. La voz del otro lado era fría, distante, y las palabras apenas pudieron procesarse. "Ella ha muerto." Las palabras retumbaron en su cabeza como un eco lejano. Esteban había pensado que había superado lo peor. Pero en ese instante, algo dentro de él se quebró. El miedo, la culpa, el arrep...