Fortuna y oportunidades ¿Qué tal? Buena vida ¿verdad? ¿Y si te dijera qué eso no nos fue suficiente? ¿Y si asistir a los mejores institutos y tener el dinero para ir a cualquier Universidad nos daba igual? ¿Y si lo único que queríamos era vivir? Pero no respirar, eso era para los demás. Respirar nos salía gratis, la vida que queríamos nos la luchabamos. Sí, teníamos dinero y aun así, la vida que queríamos nos la luchabamos. Por esa razón se lanzó la propuesta y yo no pude rechazarla. El juego había comenzado con una sola regla: No perder de vista el objetivo. Para mí fue un inicio fácil, pero desgraciadamente nada es lo que parece y un plan se puede ir a la mierda en cualquier momento. Yo sabía lo inestable que era la cuerda floja en la que caminaba, sin embargo uno no duda cuando está enamorado y no elegí cuando tuve que hacerlo. El juego terminó. Desde ahora lo sabes: Yo siempre gano.