No sé si estas cartas son un intento de sanar o de seguir ardiendo. Quizás sean ambas. No están escritas para ser entendidas, sino sentidas. Cada palabra es un suspiro que me negué durante demasiado tiempo, un eco de lo que no puedo decir en voz alta sin romperme un poco. Le escribo a alguien que probablemente nunca me lea, o quizá si, pero que, de algún modo me inspiro a escribir desde el corazón sin miedo. No son cartas de amor, en sentido romántico absoluto. Son cartas de vida. Algunas hablan del deseo. Otras del silencio. Otras, de esa extraña cosa que uno siente cuando mira a alguien y piensa "no sé por qué, pero te conozco de otra vida". Esta es mi forma de decir: te vi. Y en verte, volví a verme.

¿Qué pasa cuando ocho hermanos con sueños, miedos y secretos se encuentran bajo un mismo techo? Descubrí su historia, donde crecer duele pero también une. Aviso legal: Esta historia es de mi autoría. Todos los personajes originales, escenas y textos están protegidos por derechos de autor. Prohibida su copia, reproducción o adaptación sin mi consentimiento. © Paula Dramis - Todos los derechos reservados.

Estie was happy when she moved to Seoul to be near one of her oldest and best-est friends. Was it weird that he was in a world-renowned Korean boy band? Maybe a little. But to her Hyunjin was still that little kid she'd met so long ago. Everything was smooth sailing until Estie got a not-so-literal slap in the face by an unexpected source and she was thrown for a loop. What the hell was happening to her? There was no possible way she could be finding Chan attractive, could she? But now every time she sees his face appear on the screen her insides do a funny little flip and every time she hears his voice in a song her knees go a little weak. This was all normal, right? Estie knew she was in trouble. Big trouble. This was either going to be a disaster or maybe, just maybe, it could turn into something great. ~~~ For a look at what happened before our story starts check out Something Great: The Beginnings!