Raro. Esa la pequeña definición que daban de él. Desde el día en el que un pupitre prendió en llamas a su lado y quedo completamente intacto por un movimiento que hizo con su mano, nada volvió a ser igual. Nadie quería ser su amigo, le temían bastante, todo alumno y persona de la institución e incluso personas ajenas al lugar habían escuchado la historia de él. Hasta que llegó un agradable chico estadounidense.

Es año nuevo. Joel y Erick son compañeros en la universidad que se odian profundamente y además comparten la misma habitación. Es año nuevo y Joel y Erick se han quedado encerrados en su habitación.

Distintas épocas, distintos pensamientos. Era un día horroroso y él no estaba de humor para un maniático drogadicto que aseguraba que las cosas eran distinta, minutos antes. Ninguno de los dos entendía los que pasaba, pero de lo que sí estaban seguro es que no era un sueño, que no estaba drogado y que tampoco era un maniático. ¿De dónde demonios había salido un chico tan raro? Esa vestimenta tan... rara y anticuada.