Min_yyoonie
Lara nunca pensó que el recuerdo más punzante de su juventud tendría nombre, rostro y silencio. Que una historia sin principio ni final pudiera marcarla más que cualquier otra. Lo conoció en el instituto, cuando el invierno era excusa para compartir algo más que abrigos: miradas largas, palabras que no se decían, gestos que bastaban. Él era el primo de su mejor amiga Aurora, y por un tiempo breve, pero intenso, se volvieron parte del mismo paisaje emocional.
No fueron novios, ni amantes, ni cómplices confesos. Pero se supieron. Se sintieron. Se entendieron en ese lugar ambiguo donde el cariño no necesita etiquetas, pero deja huellas profundas.
Él se marchó al extranjero. Aurora también. Y Lara quedó suspendida en una vida que no eligió, enfrentando dolores que no sabía nombrar. Lo pensó muchas veces. Pero no lo buscó. Algunas historias duelen tanto que ni se tocan.
Siguieron meses de mensajes, silencios, intentos. Hasta que el silencio ganó, esta vez con una ausencia definitiva.