«Interne»
Merlín era perfeccionista. Cualquiera que hubiera trabajado con ella podía decirlo, era perfeccionista y muy profesional. El bufete de abogados al que pertenecía sólo tenía a los mejores, y Merlín estaba orgullosa de ser la mejor de ellos. No tenía tiempo para el amor, pero, ¿porqué aquél pasante de ojos violetas la d...