Almas Prohibidas
El apocalipsis chocó contra la sociedad en una isla como una bala derribando una ventana. Todo el mundo se enteró, algunos con la suerte de verlo en la televisión y otros a la fuerza y con un rifle en la cara. Menos ella. ¿Quién? No tenía nombre, solo un tatuaje en el pecho que decía A45. Acababa de despertar en medio...