Albus Dumbledore había ido a un orfanato en busca de un joven mago, que un futuro cercano sería su estudiante, como muchas veces había hecho, sin contar con que allí se encontraría con pedazo de su pasado... Él había sido su mejor amigo cuando eran más jóvenes, ahora las cosas eran diferentes, sus caminos se habían dividido demasiado, como para tener que volver a unirse de nuevo... Aquella niña rubia era idéntica a él, sino hubiera sido tan joven hubiera jurado que eran casi gemelos, aunque si hubiera podido ser hija. Y de hecho lo era. Ella había pasado su corta vida junto su madre huyendo del que había sido un mago tenebroso, el más tenebroso en ese momento, terminando en un agujero en el cual nadie podría sacarla, ni mucho menos encontrarla. Pero un cambio de planes la hace chocarse con el que sería el mago más tenebroso de los tiempos, incluso peor que su propio padre. Charlene Grindelwall era su nombre. Cargaba con un apellido que no buscó, y un futuro que definitivamente no buscaba...

Es incuestionable que muchas mujeres querrían ser Phoebe Grey. Pues bien, según ella, eso lo decimos porque no tenemos ni idea. ¿Quien en su sano juicio se sentiría atraída por su propio padre? Ella, por muy atractivo que admita que sea, nunca podría imaginárselo teniendo sexo sin tener nauseas. Y claro , si no se puede tener a Grey , se tiene su apellido y con ello acceso a muchos hombres deseables ¿No? Pues no señoritas, las ranas criarán pelo antes de que Christian Grey o su hijo Ted dejen a un hombre acercarse a su pequeña de ya 18 años. Y por si eso no fuera poco, las pocas veces que Phoebe -debido a la constante practica - se libra de la vigilancia de sus guardianes, debe tener un increíble cuidado de que las personas que conozca no quieran acercarse a ella por ser " la hija de Grey " en vez de ella misma. "Me gustaría veros a vosotras viviendo mi vida"