Summer Brown era como el sol que siempre daba luz y alegría a los demás en Cousins Beach desde el día que nació. O eso es lo que siempre le decían sus tías Susannah y Laurel, como también su papá y los chicos con los que tenía una amistad de toda la vida. Ella y Conrad fueron los primeros bebés, siendo mejores amigos desde el primer verano que pasaron juntos y con el paso del tiempo su amistad se volvía cada vez más fuerte y duradera como la de sus padres. Summer vivió toda su vida en Cousins y siempre esperaba la llegada del verano para pasarlo al lado de los Fisher y Conklin, en aquella casa de verano que estaba al lado de su hogar. Todos querían pasar el verano de manera diferente, pero lo que ninguno esperó era que los malentendidos, verdades dolorosas y en especial el amor vendría a complicar más las cosas entre ellos bajo la luz del verano que todos atesoraban.