Ayan, según Alana, es un lechuzo desocupado, pesado, grosero, loco y payaso. Alana, según Ayan, es una caraculo lame sapos, pesada, irritante, pírada y payasa. Se conocieron en internet y, a pesar de que Ayan desea matarla con un boli y Alana espera que él sea violado por Tronchatoro, no logran durar ni una semana sin mensajearse en Skype, donde mantienen las conversaciones más raras, pervertidas y sin sentido que un par de amigos podrían tener.

Sinopsis: ¿Chicos guapos que se convierten en vampiros? Vamos, ¡eso ya paso de moda! Además, realmente, no creo que alguien sea guapo todo lleno de sangre. ¡Puaj! ¿Chicos fuertes que se convierten en lobos? Táchalo. ¿Sexys demonios? ¿Encantadores ángeles? ¿Qué es esto? ¿Una loca película épica? No. Mejor sal a pasear, y quizás te encuentres con un gato que te cambie la vida. La vida de Ginger jamás hubiera sido digna de contarse en una novela, hasta que se encuentra con un extraño gato callejero al que decide adoptar y al mismo tiempo mantenerlo oculto de la vista de sus restrictivos padres. La estrategia parece ir de maravilla hasta que un día despierta y se da cuenta de que algo no anda bien: ahí donde debería estar el gato, hay un chico dormido ¡y totalmente desnudo! Ahora, las experiencias de Ginger se vuelven dignas de contar al tratar de descubrir qué ha pasado con su gato y qué secreto oculta ese chico que ha aparecido en su lugar; haciendo que sus días transcurran en una inolvidable historia espolvoreada de romance y risas.

Lily Albright había decidido cambiar su vida para proteger la de Peter Wallace... y vaya que había cambiado; de ser la chica solitaria de Omaha paso a ser una ciudadana mas de Nueva York, trabaja en una editorial y esta a tan solo un paso de cumplir uno de sus más grandes sueños, publicar su propio libro. Pero siempre hay un contratiempo. Ella renunció a ser Lily Albright y ahora era Gabby Allen, vivía con su amiga Jill Sanders y el novio de esta, Brandon Collins, lo que era genial si todo fuera cierto, pero ese no era el caso, Lily no era Gabby, Jill era Gillian y Brandon... Brandon estaba secretamente enamorado de Lily. ¿No podía ser más complicado? Las cosas con Wallace no son menos difíciles. Después de cinco años buscando obtener un contrato como jugador de baloncesto profesional, una lesión lo obliga a alejarse de sus propósitos y encauzarlos hacia la música, ahora en compañía de Hillary, su antigua novia y con quien había regresado luego de haber transcurrido tres años esperando un reencuentro con Lily. La pareja decide cambiar de rumbo para ayudar al joven en su nueva carrera y el destino escogido por ambos es la ciudad de Nueva York. La misma ciudad donde ahora vive Lily Albright. ¿Se producirá el anhelado reencuentro? ¿Volverá a ser todo como antes? Por otra parte, el alter ego de Lily, Gabby, comienza a recibir correspondencias amenazantes que reviven los miedos de la ahora joven mujer con respecto a su padrastro Joshua Smith, quien ha estado demasiado tranquilo todos estos años. ¿Se habrá decidido el perverso hombre a llevar a cabo su venganza?, ¿podrán Lily, Peter y el resto salvarse de Joshua? Solo el destino lo dirá.

— ¿Quién es él?— pregunte ya que como anterior mente dije, jamás le había puesto atención y valla que era atractivo. —Olvídalo… él no te hará caso ni en un millón de años…— contesto sonriente —Chaz nadie rechaza… —El sí… como puedes ver, no le agradan las ‘florecitas’ como tú— ¿me había llamado florecita? — ¿Y cómo sabes tú eso?— no podía ser cierto, este caería igual que los demás. — ¡Thompson es lógico!— me contesto —Conduce una motocicleta, usa chaqueta de cuero— describió — ¡Tu usas tacones hasta para el colegio!— podía tener un poco de razón —A kilómetros se nota que no son compatibles, hasta yo que soy chico me doy cuenta. —Chaz, no me voy a casar con el— reí —Solo digamos que lo quiero por unos días, no necesitamos ser compatibles. —Piensa lo que quieras, pero cuando te rechace no te ayudare en el ‘plan de venganza’ en contra de él… — ¿Cuando me rechace?— pregunte indignada —Oh claro que lo hará —No lo creo… — ¿Quieres apostar?— sonrió.

Nicolas e Isabella love