Miriam_Vera
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𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬:
Todos en Panem conocían el Distrito 12: el más pobre, olvidado, sucio...
Pero nadie conocía a Camila Blackburn.
Nació con ojos de fuego -literalmente-, una maldición o una señal divina, nadie lo sabía. Mientras otros niños lloraban al nacer, ella solo miraba... como si ya supiera que el mundo la iba a odiar.
Crecer en el Distrito 12 era una sentencia. Pero Camila no era común. Superaba a todos, incluso a la querida Katniss Everdeen.
Más rápida.
Más letal.
Más hermosa.
Y más peligrosa.
La odiaba sin razón, pero la igualaba en todo. O más bien... la superaba.
En la Cosecha de los 74º Juegos del Hambre, Camila había puesto su nombre 50 veces, buscando comida para su familia. Esperaba oírlo. Quería oírlo.
> -Camila Blackburn -pronuncian.
Ella sonríe con calma, como si el fuego en sus ojos acabara de encenderse.
Al subir a la plataforma y ver que su compañero es Peeta Mellark, rueda los ojos.
> -¿En serio? ¿Un panadero?
En el Capitolio, el espectáculo comienza. Camila analiza a los demás tributos con precisión fría, hasta que su mirada se cruza con un chico del Distrito 2.
Cato Hadley.
Rostro perfecto. Mirada asesina. Presencia dominante.
Y lo peor: no dejaba de mirarla.
> -Cato Hadley -dice Haymitch Abernathy-. Lo llaman el Chico Dorado. Entrenado desde niño para matar.
-¿De una de esas Academias del Distrito 2? -pregunta Camila.
-Exacto.
-Entonces será divertido.
Camila no fue entrenada. No fue criada para competir.
Ella nació para destruir.
Durante el desfile, Camila y Peeta lucen trajes negros con alas de fuego y flores negras, una imagen tan impactante que incluso el Presidente Snow rompe su frialdad para dedicarle una sonrisa.
Pero ella solo tiene ojos para una cosa: la mirada de Cato... que no se aparta.
> "¿Me desea? ¿Me quiere muerta? No importa. Ambos lo descubriremos en la arena."
Porque cuando los dos más letales se enfrentan, no hay aliados.
Solo deseo.
Solo fuego.
Solo