benfransaces
Bien dicen que a buen fin no hay mal principio, y este amor terminó de la misma manera en la que comenzó: de una manera fugaz y hundiéndose por culpa de un mar de incertidumbre.
Por un lado un alma segura con disposición a arriesgarse por el amor, a demostrar, a sentir, a darlo todo sin ningún miedo, y por otro alguien con miedo a lo que los demás iban a pensar y decir, vulnerable, influenciable, presionado y oculto.
A los 15 años, creemos que la opinión de todos es importante, y aunque todos saben que el primer amor no es para siempre, nadie está preparado para el choque de emociones que este trae consigo a esa edad, y mucho menos si este se trata de un romance gay en el que todos se sienten con la capacidad de opinar e intervenir en la relación.