Siempre fui así: Fría, distante, con un mal carácter, con un mounstruo dentro de mí. Tenía 8 años cuando murió la persona que más amaba, lo tenía todo y luego no tenía nada. Luego crecí, y al igual que mis hermanos cometí muchos errores ¿él peor? Odiarme tanto como para pensar que no merecía amar a nadie. Los Benavent, así nos llaman todos aquellos que nos temen. Mis hermanos y yo somos todo menos ángeles ¿él? Bueno... él fue un error del cuál no me arrepiento. ¿Secretos? Eso era lo que yo más tenía, ¿miedos? Bueno.. talvez uno, uno demasiado peligroso, amar tanto a alguien hasta el punto de arriesgar mi vida. Todo empezó cuando descubrimos la verdad, todo empezó cuando supe que a ella la mataron. Todo empezó por venganza y también nunca termino por el mismo motivo. Fíjate bien, nosotros tenemos al diablo de nuestro lado. Ven e intenta hacernos guerra, aquí tú saldrás perdiendo. ¿No sabes quién somos?, te lo diré, somos aquellos que te dan miedo, pero también te provocan deseo.

Siempre creía que podía hacerlo, cuando crecí no tarde en comprenderlos. En esta vida la cosa va sin más, si tienes dinero siempre vas a ganar y si no, vas a tener que sobrevivir y no te tendrán piedad. Iba tocando aquel viejo bajo por las calles de mi bella Ciudad, no miento, tenía miedo porque se que me lo podrían robar. Tantas veces me quedaba sin desayunar, pero la música a través de mis audífonos no podía faltar. Buscando, encontré la salida a todo lo que estaba mal. Iba a lograr mis sueños, iba a darle una vida digna a mamá. A alguien no le gustó y por eso me mandaron a matar.

Sin previo aviso, tal cual como la neblina. Sin saber el por qué, me empece a odiar con todo mi ser.