De esta gente
3 stories
Imagina by loveAppleJuice
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Tú y yo... puedes imaginarlo?
La maldición de la bruja by loveAppleJuice
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La suerte favorece a los valientes... o eso creía Hijikata hasta que, de la peor forma posible, comprobó cuan sobrevalorada estaba esa estúpida frase. A quién se le había ocurrido semajante porquería? Él era valiente. Dónde estaba su suerte entonces? No a su alcance, eso estaba claro. Recibir una maldición a través de su propia espada estaba mal, muy mal, pero todavía pasaba como una coincidencia... ahora... recibirla de una vieja bruja, a través de fluidos corporales, en su última guardia del mes, tenía potencial para llevar la palabra "desgracia" a un nuevo nivel... a uno que prefería no dedicar un segundo pensamiento. Y hablando de suerte, Gintoki no sabía cómo calificar la suya. Si tuviera que poner "vivir una pacífica vida" y "ser arrastrado en un jodido viaje por el infierno con el mismísimo Hijikata Toushiro, pero ganar mucho dinero en el proceso" en una balanza, cuál sería el extremo más pesado? Una difícil pregunta para la que no encontraba la respuesta adecuada. Algo le decía (probablemente el Pepito Grillo en su hombro) que no le iba a gustar cuando la realización lo golpeara, cuando el pesado bate de béisbol chocara contra su preciosa cabeza y la balanza se inclinase... Pero que podía hacer para evitarlo? Esa respuesta sí la sabía: absolutamente nada. Estaba jodido, bueno, los dos estaban jodidos y, por lo que había aprendido viendo los capítulos anteriores, nada bueno podía salir de ahí.
El emperador by loveAppleJuice
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Un imperio de siglos fue reducido a cenizas. El hombre al que todos veneraban fue arrastrado junto a él. Ryuu había jurado servir al emperador. Había luchado por él, por su reinado, por su honor y el legado de sus ancestros. En sus últimos momentos, estuvo ahí y aceptó una última misión: traer de vuelta a su hijo, dado por muerto más de diez años atrás. Todo parecía perdido cuando la magia de un amuleto abrió las puertas hacia un nuevo mundo y la posibilidad de recuperar al único heredero de la familia se convirtió en algo más que un sueño. En un abrir y cerrar de ojos, el artefacto lo colocó frente a él. Haiden volvía a estar vivo, a su lado, hechizando sus sentidos y creando caos dentro de su pecho. Esa segunda oportunidad era todo lo que siempre había añorado y más allá del deber, más allá de un juramento, Ryuu estaba dispuesto a darlo todo por permanecer junto a él. Haiden no tenía recuerdos de su pasado. Su vida iba sobre ruedas y de no haberlo conocido, hubiese seguido así. Ese hombre llegó de la nada e hizo temblar los cimientos de su mundo. El hilo del destino estaba atado alrededor de sus manos, encadenándolo a él en cuerpo y alma. En cuestión de días, todo lo que creía real se deshizo y el deber de la sangre cayó como un yunque sobre sus hombros. Atrapado entre dos mundos y abrumado por sentimientos que nunca había experimentado, tuvo que tomar una decisión que marcaría para siempre su vida. No era un guerrero, mucho menos un emperador. No tenía idea de cómo iba a enfrentar a un enemigo que había arrasado con centenares de soldados, que no dudaba a la hora de tomar una vida. Sin embargo, con él a su lado, no le daba miedo intentarlo.