TENTACIÓN PERVERSA
Quería acariciarla, besarla. Hacerla mía. Pensaba cómo me encantaría tomarla del mentón y besar esos hermosos labios gruesos y rosas. Pensaba en saborear ese brillo labial de fresas qué usaba siempre. Sé que debo estar enfermo por pensar así de ella. Pero no puedo evitarlo, es tan linda, tiene un cuerpo que me vuelve...