𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒔𝒖𝒏
Todo lo que vió Harry fue un tono de azúl, un color que no se comparaba a ningún otro, simplemente veía una luz azúl realmente especial; veía una corona de plata llena de zafiros y esmeraldas posada firmemente sobre unos hilos dorados y castaños, escuchaba una risa que lo estremecía y lo hacía sentirse como en casa.