Jinx aparece un día en la casa de Caitlyn con un gatito callejero y un solo deseo: quedárselo.

En los rincones más oscuros de Piltover, los cuerpos aparecen una y otra vez, sin signos de violencia, sin rastros de lucha. Solo rostros congelados en éxtasis, corazones detenidos y el leve aroma a almizcle y sangre en el aire. Nadie entiende cómo mueren. Nadie, excepto ella. Caitlyn Kiramman, alfa letal y cazadora de élite, ha visto ese patrón antes. Cuando era solo una niña, su madre fue víctima de una criatura así. Desde entonces, no ha conocido amor, ni calma, ni deseo. Solo el deber y el odio hacia todo lo que nace del Infierno. Jinx, es de ese linaje demoníaco. Una súcubo omega como nunca se ha visto antes: cruel, desequilibrada, brillante. Se arrastra por los sueños de sus víctimas, susurra entre las sombras, y juega con los límites del deseo y la destrucción. Seduce por el placer de ver a los fuertes arrodillarse, justo antes de destrozarlos desde dentro. Cuando Caitlyn y Jinx se cruzan, no hay lugar para el engaño: ambas saben lo que son. Cazadora y presa. Alfa y omega. Redención y condena, orden y caos. Pero el juego cambia. Porque Jinx quiere seducir a Caitlyn... y Caitlyn quiere asesinarla. En un mundo donde amar a un demonio es traición y tocar a una cazadora es muerte, ¿quién ganará? ¿La que desea? ¿O la que odia desear?

⇀ 𝘘𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘥𝘪𝘳𝘪𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘚𝘩𝘦𝘳𝘪𝘧𝘧 𝘥𝘦 𝘗𝘪𝘭𝘵𝘰𝘷𝘦𝘳 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘢𝘮𝘰𝘳𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢 𝘶𝘯 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 𝘱𝘦𝘤𝘶𝘭𝘪𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘢 𝘵𝘦𝘳𝘳𝘰𝘳𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘳𝘦𝘯𝘻𝘢𝘴 𝘤𝘦𝘭𝘦𝘴𝘵𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘴𝘶𝘴 𝘵𝘰𝘣𝘪𝘭𝘭𝘰𝘴, 𝘥𝘦 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘡𝘢𝘶𝘯𝘪𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘢 𝘮𝘢𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘢 𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘴𝘶𝘺𝘰𝘴. ━ "¿𝖯𝗈𝗋 𝗊𝗎é 𝗍𝖾 𝖽𝖾𝗌𝖾𝗈 𝗍𝖺𝗇𝗍𝗈, 𝖩𝗂𝗇𝗑? 𝖤𝗌𝗍𝗈𝗒 𝗍𝖺𝗇 𝗼𝗯𝘀𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗂𝗀𝗈" ﹘¿Qué harás, Caitlyn?﹘Preguntó Jinx, acercando su rostro hasta el de la sheriff, sintiendo sus respiraciones chocar﹘La respuesta es; nada. No harás absolutamente nada, porque la tan aplicada Sheriff, el orgullo de Piltover, prefiere cogerse a la terrorista lunática que mata a decenas de sus hombres y amados ciudadanos todos los días.﹘Finalizó, dejando un corto y casto beso en sus labios. Caitlyn cerró los ojos y quiso no pensar en nada más que en lo suave de los labios de Jinx, porque sabía que lo que decía aquella chica que tenía frente suyo, era completamente cierto. Al abrir sus ojos, vio como Jinx tenía en su rostro una sonrisa burlona y sus ojos reflejaban un deseo que la sheriff también compartía.

𝐷𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑑𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒 𝑐𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑒𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑛𝑜 𝑠𝑜𝑛 𝑠𝑢𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠. ➪ 𝑪𝒂𝒊𝒕𝒍𝒚𝒏 𝑮𝑰𝑷 ➪𝐄𝐬𝐭𝐚́ 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐞𝐜𝐞, 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐚𝐥 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫 𝐨𝐫𝐢𝐠𝐢𝐧𝐚𝐥: @𝑻𝒉𝒆𝒃𝒖𝒏𝒏𝒚𝒔𝒉𝒊𝒕𝒆𝒖 𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨: 𝟎𝟗/𝟎𝟏/𝟐𝟓 𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚: 𝟐𝟐/𝟎𝟐/𝟐𝟓

La gran figura de Piltover, Caitlyn Kiramman, jamás pensó que se sentiría tan atada a la mayor criminal jamás vista, Jinx, y más aún cuando luego de la guerra se especuló que esta había muerto. Deberia estar feliz. ¿Por qué no lo está? ^ "-¿Eres feliz con ella? Caitlyn parpadeó, confundida. -¿Qué?"

- ¿Quieres saber cómo fue nuestro primer beso? -Sí. -... pero tú ya sabes cómo fue. -Piensa en mí como... un extranjero, una falla en la realidad, un explorador interdimensional, un viajero del tiempo -comentó ahora, tirando su cabeza en el sofá para contemplar el techo-. Un cansado... realmente cansado viajero, que se siente muy lejos de su casa y... quiere recordar cómo son las cosas aquí, tan... tan lejos de su realidad... ¿Cómo me contarías nuestro primer beso? A alguien que no tiene idea de cómo fue... pero que sabe que es de vital importancia saberlo... porque el futuro de la humanidad depende de eso... -... Parece un escenario muy específico para ser un simple pensamiento con el que te entretienes a veces, Keilin. -¡Yo sé! ¡Lo sé! ... Lo sé...

Caitlyn Kiramman es la encarnación de la justicia en Piltover: implacable, astuta y con un fuerte sentido del deber. Su reciente ascenso al puesto de Sheriff la coloca en el centro de la ley y el orden, pero también la enfrenta a su mayor desafío: Jinx. Jinx, la infame criminal que dejó a su paso un historial macabro en Piltover, ha escapado tras un fallido traslado del que Caitlyn era responsable. Despiadada y caótica, la Zaunita está decidida a hacer de la vida de la sheriff su nuevo juego. Siempre un paso adelante, manipulando cada encuentro, cada movimiento. Para Caitlyn, Jinx representa todo lo que desprecia, pero a medida que el juego avanza, algo más oscuro y peligroso empieza a surgir. La criminal se convierte en una obsesión, un enigma que la empuja más allá de los límites de su razón. La Zaunita, por su parte, no solo disfruta el desafío de burlar a la sheriff, sino que empieza a ver en ella algo más: una conexión enfermiza, un lazo retorcido... uno que Jinx no tiene intención de soltar, ahora que la tiene atrapada en su sótano. Entre la ley y el crimen, surge una atracción prohibida, alimentada por el odio, la violencia y la fascinación mutua. ¿Podrá el orden y su moralidad resistirse a la tentación del caos disfrazado de deseo?

En su afán por detener a Jinx de volar todo el museo de la ciudad, Vi y Caitlyn despiertan el antiguo poder de un despiadado aparato Hextech que tomara a las tres por sorpresa y cambiara el rumbo de sus vidas, acabando con la de una de ellas para siempre.