Cuidados Especiales - Kacchako
No sé cuanto tiempo pasó, pero no me podía calmar. Nunca antes había experimentado tanta puta desesperación en mi vida. Gritaba como un maldito niño asustado mientras Ochako me abrazaba e intentaba tranquilizarme... mi carrera había acabado... me sentía incompleto... estaba roto... . . . ¡Advertencia! Es una historia...