Ella no podría aguantar una noche más sin dormir y las medicinas no eran una opción, lo único que quedaba era ir a dar una vuelta por el Q.G. Sin embargo, no esperaba que su caminata la dejara frente a esa puerta.
Cuando abro los ojos veo que el cristal que nos dejaste palpita bajo mi palma extendida. Me siento pleno y sereno, eres mi diosa y mi aengel, pero tu ausencia me atormenta. Cuando abro los ojos y veo la mirada que hay en tu estatua me doy cuenta de que tú ya no estás aquí en mi mundo. De que me he quedado aquí esperá...