Una taza de letras
El mayordomo acompaña a la invitada a través de la casa hacia el salón del té, donde la esperaba su anfitrión. La atmósfera íntima del atardecer cae sobre los nervios de un segundo encuentro. -Gracias por invitarme a tomar una taza de café. -No sabes dónde te has metido, querida lectora. Ella no sabía lo que le espera...