"El principio de todos los males es, el amor al dinero". El principio de sus males, es tener que trabajar por ese dinero. Lidiar con un jefe, ya causa de migrañas. Lidiar con un magnate que parece un ser invisible y desconfiado, ya es causa de división cerebral. Para María, las cosas no son faciles, trabajar es necesario, todos los humanos en algún momento deben hacerlo, y por el bien de su cuenta bancaría es algo escencial para mejorar su futuro soñado. Cuando las puertas parecen cerrarse un misterioso, atractivo y enigmatico hombre le ofrece una oportunidad única. Uno debería recordar la primera regla que nos enseñaron nuestros padres: No hables con desconocidos. Pero para la chica que solo cree, que un hombre así vive únicamente en una de las páginas de los libros que lee con tanta necesidad, es tocar con una mano el cielo, hacer una locura así una vez en toda su estricta y aburida vida, no sería tan malo. Lo que ella jamás hubiera pensado es que esa sería el comienzo para reconocer todos los sentimientos que llevaba ocultos, tanto en ella como en su nuevo jefe. Palabras como "imposible" comienzan a ser parte de su dialecto y para una chica que sueña con el mundo de vampiros y hombres lobos, esta podria ser su mayor fantasía. Solo hay un problema. Hay mucho más bajo aquel rostro encantador. Y regresar, no es una opción. Cuidado con lo que deseas... puede ser que lo consigas.

Amelia, una perfecta trabajadora una chica bien portada de la sociedad, hasta que un extraño ser aparece irrumpiendo sin previo aviso en todos los aspectos que antes eran privados en su vida. Cada vez es imposible volver la página atras haciendo que irremediablemente sienta una atracción poderosa por el - por alguien que nisiquiera es humano - obligada a sus deseos, siendo la única que puede verla, debe elegir entre la locura y la cordura, deseando un camino para tener ambos con él, descubre su único pensamiento: ¿Porque ella?.