¿Que somos?
El enojo y la tristeza se apoderaban de mi. Agaché la cabeza para evitar mirarlo, dolia, dolía mucho mirarlo. Sentía como las lágrimas recorrían mis mejillas, y mi mente suplicaba que me calme. Nunca había perdido tanto el control, sabía perfectamente que me estaba destruyendo. Respiré hondo y lo miré fijamente sin im...