Sarah Edgards ve fantasmas. No es una ilusión ni resultado de ningún gen raro familiar. Empezó a verlos después de morir y volver a la vida tras una operación. Pero todo eso no acaba aquí. Lo complicado está en el hecho de que una diosa (sí, una auténtica divinidad de los espíritus) le explica que puede dejar de ver muertos, pero solo si logra convencer a un fantasma reticente a avanzar. Una tarea para nada divertida, puesto que el chico no tiene ninguna intención de ello. Comienza una carrera contrarreloj entre el deseo de Sarah de dejar de ver fantasmas y la testarudez de Nathan por permanecer en el plano de los vivos tras su repentino fallecimiento. Lectora beta, correctora y editora: @andebiamoon Créditos de la ilustración: Raquel Cantón Serrano

Ser sanadora en Quick Folk, un pueblecito a las afueras, era un trabajo arduo pero que no requería mucho tiempo. Al menos, era así hasta que el viejo alfa de la manada muere. A partir de ahí, las cosas van a peor: peleas por el control día y noche, gente inocente perjudicada constantemente, la tensión entre las manadas cercanas en aumento... Becca, sanadora sin título, no tiene ninguna intención de inmiscuirse en la elección del nuevo alfa y planea dedicarse a preparar la última prueba con el objetivo de que la Comunidad de Sanadores la destinen a otro pueblo lejos de aquel, lejos de un hombre lobo en concreto. Pero, cuando un amigo de la infancia lleva a su vecino inconsciente con la marca de unos incisivos en el costado, marcharse ya no va a ser tan sencillo. Fechas de publicación: miércoles y sábado. Todos los derechos reservados.

Ser la ex de una estrella del pop no es fácil, pero Grace pensaba que ya nada podría sorprenderla. Pero que la nueva canción de Dan suene mientras su pareja actual saca una caja que grita «anillo» es demasiado. ¿El universo la odia? Grace piensa que sí. Sobre todo, cuando va a entregar un trabajo y ahí está Dan. Ha vuelto. ¿Renacerá el amor? ¿O las últimas cenizas se apagarán definitivamente?