D E S P E R T A R
En 1990, Madeleine Bennett tenía una vida perfecta, estupendos amigos, una amorosa familia, un mágico primer amor... Una vida que le duraría hasta los diecisiete años. Porque el día que decidió acompañar a sus padres al trabajo, cavó su propia tumba. Lo primero que vería después de aquel día sería esa misma irritabl...