Lo que calla la Luna |Kuroken
Kenma no era infeliz. O eso contestaría a su madre cuando, preocupada, preguntase a su hijo qué le ocurría. Era tan difícil provocar una sonrisa en el rostro de aquel adolescente que cuando Kuroo lo lograba, la sonrisa que se dibuja en Kenma pasaría a ser motivo por el cual el mayor también sonreiría. ¿Por qué era ta...