Charles Carson Stan. Genio, atractivo, millonario y respetado. Su nombre era significado de poder a donde sea que fuera, pero así como este destilaba grandeza también dolor e ira. Y es que quien lo viera de lejos podría asegurar querer tener la vida de este hombre. No era así. Charles había creado a sus propios enemigos en aquel mundo donde todo debía ser él o él. Su propio egoísmo lo condeno y con ello a las personas junto a él. Y detrás de esa vida perfecta que aparentaba tener, tenía ocultos muchos secretos, algunos que desconocía y otros que le pesaban cada día de su vida. Claro que no era el único, porque el mundo no solo tenía un mentiroso sino varios. Caroline Craig también era uno de ese selecto grupo. Bella, inteligente, astuta, mentirosa... Lo irónico resultaba en que los dos creían que podían ocultar su pasado con el dedo de la mano pero lo cierto es que no era así. Uno de ellos ignoraba su pasado y el otro huía de ese mismo. Se ocultaban muchas cosas y difícilmente les costaría admitir lo que por años han callado. Y antes de encontrar la felicidad debían destruir o enfrentar lo que tanto lo perseguía. Más que una guerra de corazones, era una guerra donde las mentiras eran la base de cada uno de ellos y cuando tirabas ese soporte... derrocabas a los guerreros y a los reyes, con ello el caos iniciaba. En esta historia, el diablo conocería lo que es sentir amor por una persona y perder. Y ella sabría lo que es estar en el infierno junto al Diablo.

Charles perdió el juego. Ian se nombró ganador y buscaba quedarse con todo lo que aquel ser infernal dejó atrás, pero las cosas no serían fáciles porque en el tablero del juego ella quedó encima y dispuesta a seguir pelando. Caroline se convirtió en la mujer que gobernaba el infierno, un infierno que su amado dejó lleno de caos y dolor. Y si quería vivir tranquila, debía corregir eso, cosa que sabía no pasaría con Ian Carson metido en su vida. Más que justicia, quería venganza. Y buscaba quitarle todo aquello que Ian le arrebató. Y antes de que alguien tomara el trono y la corona del diablo, debían pelear por ver quién vencía a la mujer que protegía ese lugar. No era para ella, era para alguien más y solo lo estaba guardando para cuando el día llegara, esa persona lo tomara. Solo que ninguno esperaba el regreso del mismo diablo, queriendo tomar aquello que era suyo y regresando con más fuerza que antes. Solo no venía y sus aliados no eran cualquiera. Charles conoció ya conoció lo que era el infierno. Ahora le tocaba a Caroline pasar en el purgatorio buscando sacar cada pecado para poder ser feliz y ganar más de lo que imaginaba. Pero para ello, debía salir por completo del infierno al cual seguía atada ante el recuerdo de Charles y la cadenas que Ian le puso.