Querida y detestable Jane.
Se podría decir que todo empezó cuando encontré un maltrecho avión de papel en el alféizar de mi ventana, en su interior había un poema; pero no cualquier poema. Era un verso en el que el vecino me declaraba... Su odio. Pero no crean que yo me quedé callada sin más, también le dediqué unas palabras. Lo que le dije...