La vida puede ser una jodida perra contigo desde tu miserable infancia y seguir machacándote durante tu adolescencia y tú no podrás hacer nada para evitarlo. Eso te convertirá en un gilipollas con razones, pero a la gente eso no le importa. A nadie le gustan los imbéciles, las personas bordes, aquellos que no se molestan en integrarse junto al resto de borregos que siguen a un líder payaso e ignorante. Sin embargo, la vida también te concede regalos. Pocos, pero de un valor incalculable. Coloca a personas en tu camino que, a su vez, te ofrecen nuevas oportunidades para enmendar todos tus errores, sanar todas tus heridas y ofrecerte esa tregua que tanto has estado esperando. Soy Terrence Martin y puedo asegurar que la tinta de mi piel no es una moda, que mi carácter de mierda no es un capricho y que mis nudillos están machacados por defenderme de aquellos que creen que pueden joder a todos en su camino. Y puedo asegurar que la vida me está dando un maldito regalo. Fiona es mi regalo, mi salvación... Ella es mi milagro.