LeerStern
Penelope Featherington está desilusionada.
El desastre sentimental con Colin Bridgerton y su prima -para colmo- le ha dejado un sabor amargo y una pregunta dolorosa: ¿y si ese caballero idealizado desde la infancia no era tan brillante después de todo? Amable, sí. Atractivo, quizás. ¿Listo? Definitivamente no. El tipo se dejó ver la cara con una facilidad pasmosa. Un idiota encantador, pero un idiota, al fin y al cabo.
Con su amor juvenil marchito y su fe en los caballeros londinenses destrozada, Penelope se deja arrastrar por una conversación curiosa sobre el Bosque del Norte, un lugar que muchos consideran maldito. Movida por la curiosidad -y por un deseo imprudente de emoción - se aventura sola. Se pierde y encuentra algo que no estaba buscando.
Lucien Caesar no es un caballero y definitivamente no es amable con ella.
Y sin embargo, desde aquel primer encuentro en el lago, parece seguirla. Aparece en bailes, en jardines, en librerías, en lugares donde no debería estar. Siempre con esa mirada insolente. Siempre demasiado cerca.
Lucien no oculta su interés descarado. Y Penelope, que ha pasado toda su vida sintiéndose invisible, poco atractiva y fuera del deseo de los hombres, no entiende por qué la mira así. Ni por qué le gusta tanto que lo haga.
Pronto sus evasivas y sus hábitos extraños despiertan una nueva sospecha en ella:
¿Y si no es un hombre en absoluto?
-¿Podrías callarte de una vez? -susurró Penelope, fastidiada.
-Oh, me temo que no puedo. Si no hablo, tú tampoco hablarás... y no me gusta privarme de escuchar tu voz sensual.
Penelope lo miró, entre molesta y avergonzada.
-Suficiente. Sé que sabes algo sobre lo que le sucedió a Cressida. Tus palabras melosas no me engañan.
DISCLAIMER: Bridgerton y sus personajes pertenecen a Julia Quinn y Netflix.