¿Alguna vez te has preguntado que hay más allá de la muerte? ¿Qué harías si pudieras descubrirlo? Cada uno de nosotros pasó por algo en la vida que lo cambió de tal forma que jamás podrá volver a ser la persona que era antes, en el caso de Nawja Wilde, fue descubrir que la muerte no significa el final de la existencia, significa el viaje del alma a través de lo que fue, lo que es, y lo que nunca podrá ser. Todo comienza con un libro, una historia y un accidentado viaje al inframundo. Un alma errática cuyas cadenas pesan cada día más. Una chica decidida a ayudarlo. ¿Qué tan sencillo será resarcir los daños? ¿Qué ocurrirá cuando llegue el momento de pagar el precio por las acciones cometidas?

Una trágica y macabra historia persigue al Internado Aigner desde el año de 1990. Fueron los homicidios de cuatro estudiantes y las desapariciones de dos de ellos, que marcaron una generación. Sus cuerpos aparecieron esparcidos por los alrededores del Internado, todos compartiendo por lo menos dos características; Cuerpos casi mutilados y amputación de ambos ojos. Escenarios brutales llenos de sangre y palpable brutalidad. Los cadáveres de los dos adolescentes desaparecidos, jamás fueron encontrados. Se dice que sus huesos están enterrados en alguna parte el recinto; que ellos siguen ahí. Esperando ser descubiertos. No hubo sospechoso y no hubo culpable. No se encontraron pruebas; Nadie pudo llegar a la verdad. ¿Quién los asesino? Luego de veintinueve años sin respuestas y apunto de cumplirse treinta años del horroroso suceso; Seis jóvenes dan llegada. Quienes estáran dispuestos a todo para encontrar al responsable de los Asesinatos, quienes irán dispuestos a sacrificar sus vidas para encontrar a los desaparecidos. ¿Lograrán desmantelar la red de secretos y oscuridad que cubre el Internado Aigner? ¿Lograrán salir los seis vivos de ello? ¿Podrán ellos encontrar justicia? ¿Encontrar la verdad sin caer en un juego siniestro que aclama sangre? ¿Por qué los Asesinaron? ¿Quienes eran esos seis chicos fallecidos la noche del baile?

Despreciables vándalos, basuras sin remedio, criminales juveniles, el mal del mundo, desperdicios de la sociedad, chicos incorregibles... Delincuentes ante los ojos de las personas. ¡Qué desdicha! Los monstruos caminan entre la oscuridad de la ciudad, unidos por grupos que los separan. -¡Es un alivió! Finalmente caen a manos de las autoridades los tan temidos líderes de Inferno y Celestial. ¡Ya era hora! La gente de bien puede caminar libremente por las calles, pues en las horas de la madrugada apresaron a las cabecillas de tan aberrantes bandas delictivas. Señor televidente, viva tranquilamente, los Doce Amos de la Destrucción no podrán lastimar a su familia. Advertencia: Contiene lenguaje SOES.

El título es suficientemente descriptivo.

Solo personas en la red...no, solo personas no, los signos en la red...

El intento por culpar a alguien, quien fuera, para no asumir nuestros crímenes. Parecía un juego macabro e inagotable, hasta que ya no quedaban jugadores externos. Los ojos son la entrada del alma y la boca el veneno que puede llevarte al infierno. En una red de mentiras y secretos tan abrumadores, es difícil discernir entre los buenos y los malos, en quien te miente y quien no. Sobre todo, cuando la muerte de una estudiante desata el caos en el Internado Arismendi. ¿Qué hay detrás de esos rostros hermosos y vidas de lujo? ¿Qué hay detrás del manto de poder del Internado?