AliyahTell
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Estar en el CAR no es solo entrenar; es enfrentarte a ti mismo. No es un lugar bonito ni cómodo, es una tormenta que te desarma, te muestra sin máscaras y te obliga a decidir: rendirte o pelear. Olympo suena glorioso, pero el camino está lleno de dolor y sacrificio. El CAR no es un privilegio, es una prueba brutal. Nadie sale igual. Solo quienes sobreviven a sí mismos logran brillar. Yo no solo salí... salí ardiendo.
Para sobrevivir, no basta con ser fuerte: hay que saber hacer alianzas y ser leal solo a lo que te conviene, sea una persona, un bien o una causa. Ir solo es perder. Para llegar lejos se necesita la fuerza de Roque, la disciplina de Amaia, sin mencionar a los demás, pero sobre todo el poder de OLYMPO y una confianza equilibrada entre fe y desconfianza. Aquí no gana el más noble, sino quien elige bien sus lealtades y sabe cuándo avanzar... incluso si eso implica dejar algo atrás.