-mayastuff
Él ya no estaba a su lado, ya nada tenía sentido.
Por la cabeza de Langa no rondaba ni una vaga idea de dónde pudo haber ido su amado de cabello y ojos tintados de rojo como las llamas del vivo fuego como aquella fogata en la que se encontraba en ese preciso instante.
O tal vez, sí.
Lo único que le quedaba de aquel chico era una
sola cosa: Una carta arrugada.
Nada podía regresarlo en el tiempo y traerlo de vuelta, él lo sabía.
Y aquella carta dejada justo bajo su almohada lo dejaba en lado.
"Adiós, Langa".
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