En una época donde la mujer vale menos que el hombre. Úrsula junto a sus amigas buscan darse paso entre el poder a través de la manipulación y el arte de la seducción. Luego de pasar la mitad de su vida preparándose, finalmente a Úrsula se le presenta la oportunidad de recobrar el honor del nombre de su madre y vengarse de su padre a través del hijo que crió como suyo pero que no tiene su sangre. Úrsula usará todas sus armas de encanto para hacer caer a Lord Beaumont, futuro vizconde de Rutland. Por supuesto, Úrsula no esperaba toparse con dos cosas: Que el hombre ya está enamorado y que es un lunático un tanto...singular.

Agnes tiene la misión de acabar con el Marqués de Susex. En el proceso adquiere la identidad de Sir Bruno de Kensie, un hombre huraño de negocios que es contratado como secretario por el duque de Sutherland, Lord Duncan Hamilton, un hombre amante de la buena vida que guarda algunos secretos que a Agnes le produce tantos dolores de cabeza ocultar. Todo marcha de viento en popa, hasta que el duque comienza a sentirse atraído por su yo femenina y se dispone a conquistarla a toda costa.

Dulce Jasmine para los aristócratas de Londres. Lilith para los hombres que pasan por su cuerpo. Violett para las almas que ya han partido del mundo o partirán. Pero si hay un nombre que le hace honor a esta peligrosa, extraña y excéntrica mujer... Es Belladona. Afrodisíaca, un delirio apenas la toca, te hace feliz con sus locuras y frescura. Sin embargo, si la tocas demasiado, si intentas ir más allá de lo que te muestra... Podrías morir. Pero, eso es algo que Niccolo Pagano, el detective secreto de la corona, no le interesa.

Adele es una gitana de corazón noble y un espíritu lleno de vida. Guarda un don muy especial; la habilidad de ver más allá de los ojos humanos. Ver sentimientos. Ver el futuro. Adele puede ver una muerte. Adele puede ver a un asesino. No quiere que nadie muera. Tampoco quiere que él llene sus manos de sangre. Adele hará todo lo que esté a su alcance para evitar que, el hombre que ve en sus sueños, sucumba a la maldad. Intentará traer alegría a su vida y le mostrará sus placeres al amargado y recién nombrado Conde de Rutland. Erick Beaumont, la única persona que no puede descifrar o leer más allá del evidente desprecio que le tiene y le profesa por ser gitana. ¿Qué ocurrirá cuando los sentimientos comiencen a mezclarse en la misión que ella misma se ha impuesto que es ayudarle a buscar la felicidad?

Después de burlar y robar todas las riquezas de Alastair Beamount, uno de los criminales más peligrosos y poderosos de la región, Ivy creyó que jamás volvería a verlo en su vida. Sin embargo, él logró encontrarla y destruir toda aquella empatía que una vez la mujer había sentido por él al intentar matarla y dañar a los suyos. Él nuevamente la volvió su esclava. Pero dos cosas habían cambiado. No habría placer esta vez, él iba a hacerle pasar un infierno. Ya no había misiones que la obligaran a doblegarse, ella no estaba dispuesta a renunciar a su libertad. Se zarandeó para zafarse de su agarre, pero este lo intensificó. Alzó su rostro y le escupió en la cara, mirándolo con desprecio-Podrás esclavizar mi cuerpo, pero jamás lograrás esclavizar mi espíritu, maldito tirano. -Eso ya lo veremos.