PRIMERA PARTE DE LA SAGA DE LOS SERES ABISALES A finales de la década de los 60, cuatro amigos languidecen en un internado en el sur de Chile. Sus vidas son monótonas y rutinarias, hasta que uno de ellos, rompiendo una de las tantas reglas del colegio, entra a una sala prohibida y encuentra un sobre de cuero lleno de papeles antiguos, entre los que destaca un Manifiesto firmado por cinco chicos, antiguos alumnos del Internado Markham. Los cuatro protagonistas acaban de encontrar el misterio del Club de los Seres Abisales. Comienza, entonces, una búsqueda a ciegas en pos de las verdaderas identidades de los miembros y, más importante aún, el motivo de sus muertes, ocurridas hace más de veinticinco años.

SEGUNDA PARTE DE LA SAGA DE LOS SERES ABISALES. (Se recomienda leer antes El Club) Vicente Santander recibe la visita de una mujer que busca a su hermano, mientras Ramiro Aránguiz, en el otro extremo de la ciudad de Santiago, investiga junto a su compañero el hallazgo cuerpo de un hombre junto a la carretera. Ninguno de los dos lo sabe todavía, pero ambos eventos volverán a reunirlos, obligándolos a regresar a los años en que eran estudiantes. Ninguno de los dos lo sabe todavía, pero su reencuentro desenterrará secretos que llevan guardados mucho tiempo, entre ellos el incendio que supuso el fin al Internado Markham. Portada por @dernierD

TERCERA PARTE DE LA SAGA DE LOS SERES ABISALES (Precedida por El Club y Cadáver sin nombre) Gabriela Rodríguez es aceptada en la universidad, pero a diferencia de lo que su abuelo espera, la institución no está en Santiago, sino en Valparaíso. La joven está ansiosa por viajar, aunque su impaciencia no tiene del todo relación con sus estudios, sino con el misterio que lleva casi seis años investigando: la vida y la obra de Mateo Salvatierra, el autor de El Club de los Seres Abisales. A punto de comenzar una nueva etapa de su vida en otra ciudad y lejos de su familia, Gabriela se concentrará en descubrir qué es aquello que esconde el libro que la acompaña a todos lados y quién era el hombre que lo escribió.

CUARTA PARTE DE LA SAGA DE LOS SERES ABISALES (No supone demasiada diferencia leerla antes que las demás) Julián Bustos, de solo doce años, vive sus días con la mente puesta en los cuentos de Sherlock Holmes y en los capítulos de Detective Conan que ve por televisión. Deseoso de encontrar un misterio propio que resolver, comienza a seguir a un compañero de su colegio, quien parece estar obsesionado con una casa aparentemente abandonada del barrio donde viven. Es junto a este muchacho que Julián se adentra en un enigma que solo resolverá si es capaz de unirse a una enemiga, a un maestro con sus propios secretos y a un ser imaginario. Portada por @dernierD

'Jamás me hubiera imaginado que mi vida hubiera cambiado tanto al haberme mudado : En Nueva Jersey mis amigos me invitaban a estudiar, mientras que aquí solo había fiestas, y peleas. Él ha sido parte del cambio en mi vida. Él me ha hecho ser valiente, segura de mí misma, y no la chica indecisa e insegura que solía ser, aunque en parte sigo siéndolo. Tampoco hubiera imaginado querer pasar el resto de mi vida junto al chico malo de la ciudad, junto al chico que no conocía lo que era amar. Aunque siempre hay una primera vez para todo"

Él pensaba que moriría en aquella celda. Ella que nunca más le volvería a ver. Él encerró sus sentimientos en una caja fuerte y escondió la llave en un lugar que él mismo desconocía. Ella exploró un nuevo mundo que la mayor parte de los días le hacían olvidarse de él. A pesar de las diferencias que el pasado les opuso, parece que al fin y al cabo no son tan diferentes como pensaban. Quizás la suerte no esté cantada, quizás el destino no esté escrito, quizás cada narrador puede escribir su historia a su manera, o no. Quizás las nubes puedan volverse a ver.

Una vez más, todo ha vuelto a ser destruido, los cimientos están esparcidos nuevamente por el suelo. Ya no hay rastro de lo que en un pasado fue una gran construcción. Con el alma desolada, Madison intenta continuar con su vida, y Jared continúa destrozando la suya. A veces, el final de una historia es volver al principio de la misma, volver justo a ese día en el que todo empezó.