¡ESTAMOS EN PAPEL EN AMAZON! ¿Por qué siempre debemos soñar con cuentos de hadas? ¿Por qué insistimos en pensar que todo sería perfecto? ¿Por qué nos limitamos a imaginar solo momentos de alegría y no de tristeza? Vivimos en un mundo donde la perfección es una ilusión, donde aquellos que parecen perfectos se revelan como profundamente imperfectos. Nos aferramos a sueños de felicidad eterna, creyendo que podemos escapar del dolor y la desilusión. Pero, ¿es realmente así?Todo cambió el día que lo conocí. Era mi mayor peligro, el chico del que me enamoré perdidamente desde la primera vez que lo vi... desde la distancia. Su presencia trastocó mi mundo, y me di cuenta de que la verdadera magia no reside en la perfección, sino en la imperfección.Con él, experimenté una mezcla de emociones intensas, desde la alegría más pura hasta la tristeza más profunda. Aprendí que el amor no se trata de evitar el sufrimiento, sino de encontrar a alguien que valga la pena enfrentar esos desafíos. Porque en esos momentos de tristeza, descubrí la fortaleza en mí misma y en nuestra relación.Así comprendí que los cuentos de hadas no son perfectos; están llenos de pruebas y dificultades. Y es precisamente esa lucha lo que los hace reales y valiosos. El amor verdadero no es un camino sin obstáculos, sino un viaje en el que ambos crecen y se fortalecen juntos.

En mi vida, he sido mi refugio y mi mayor reto. Los sueños de mi infancia, brillantes y llenos de esperanza, se han desvanecido en cenizas. Mis padres, siempre ausentes, priorizaron los viajes y los secretos sobre su hija, dejando vacíos en cumpleaños y Navidades. La niña que vestía de rosa quedó atrás, sustituida por ropa oscura, música intensa y lágrimas silenciosas. Ahora, lo que un día fue un corazón amable, late en sombras, forjando lo que soy: un Alma Oscura.