Aeloria
iameiralune
La paz era la mayor virtud que el reino de Aeloria podía presumir, era el reino que evitaba constantemente los problemas políticos vecinos, diplomáticos en todo momento, guiándose siempre por las palabras, los habitantes se dedicaban a lo suyo, era pequeño, sí, pero en las mas oscuras voces se sabía que en el reino habitaban grandes tesoros, los habitantes de la oscuridad deseaban el poder, el deseo de control clamaba en el interior, es por eso que la tragedia se posó sobre el reino, se cerraron las puertas, se agotaron las salidas, y con ello las oportunidades.
En el reino de Aeloria, la monarquía no es solo una cuestión de poder, sino de legado. Cada nuevo soberano hereda la Corona Eterna, un artefacto mágico que le concede la sabiduría y habilidades de los reyes y reinas anteriores. Sin embargo, este don viene con un oscuro precio: con cada sucesión, la identidad del monarca se desvanece lentamente, siendo consumida por las voces de los antepasados que habitan en la corona.
Lyanna, una joven noble que siempre se ha mantenido alejada de la política y el poder, se ve inesperadamente convertida en la última heredera del reino tras un sangriento ataque al palacio. Al ponerse la Corona Eterna, se encuentra rodeada por las voces de monarcas antiguos, quienes le revelan secretos oscuros sobre la verdadera naturaleza del reino, las traiciones que lo sostienen y un pacto prohibido que mantiene la estabilidad de Aeloria.
Junto a Eryon, el hijo primogénito de espía renegado con un conocimiento profundo del pacto que ha sellado el destino del reino, Lyanna debe decidir entre preservar su humanidad o ceder al poder de la corona para salvar a su pueblo. A medida que lucha contra las voces y los oscuros secretos del pasado, descubre que el verdadero enemigo no es quien parece ser, y que el precio del poder podría ser más alto de lo que jamás imaginó.