El segundo piso
Soy como cualquier chica de 18 años, con la diferencia de que mis padres ya no están conmigo, desde que ellos fallecieron, estoy al cuidado de mi vecina. Ambas decidimos que el piso de arriba sería su espacio y el de abajo el mío. Un día la encontré como nunca lo habría imaginado, ahí fue cuando todo empezó.