El niño y el zorro.
-Tú si me entiendes zorrito, aunque no me respondas con palabras a veces siento que eres más humano que muchas personas que conozco. El zorro con el pelaje como el otoño y mirada castaña giró levemente la cabeza hacia un costado, observando atento al humano. Vulpi pensó que había visto al zorro sonreír.