No recuerdo el momento exacto en el cual decidí emprender el viaje. Solo preparé lo necesario para la travesía y di el primer paso. Este joven detective quería demostrar lo que valía y dejar sus huellas plasmadas en el asfalto. Las ideas eran el combustible de la embarcación, pero las inseguridades, el viento en contra. Al cumplir el primer tramo del viaje sentía que debía darle paso a ese asesino que llevaba por dentro. Y entonces todo cambió. Esta vez, con paso firme, me enfoqué en el objetivo y seguí la travesía. Pero llegó un momento en el cual comprendí que luchaba contra mis demonios. Esos que me susurruban cada noche que no lo lograría. Mientras presencia el final de su recorrido, entiende que es una carrera de relevo y otro debe continuar. Entonces toma el control ese detective lleno de experiencias a causa de los golpes dados por la vida. Pensé que no lo lograría, pero de repente abrí mis ojos y entendí que no estaba solo. No era historia de uno, sino de tres. Se miran, pequeñas sonrisas se escapan de sus rostros y tomados de las manos recorren el último capítulo.

Luego de todo lo sucedido y que Alison haya desaparecido las dudas continúan y los enemigos aparecen. Un año paso desde que el dinero desapareció y cada vez se forman más hipótesis sobre quién pueda ser el responsable. Parece que la única forma de hacer que todo se detenga y por fin encontrar respuestas a tantas preguntas es pisar territorios desconocidos... "Nos estamos metiendo en la boca del lobo" [SEGUNDO LIBRO DE NECESITAMOS A LA HACKER]