¡Él es MÍO, ZORRA!
—¡Auch! —Se quejó Sarah debajo mío. —Eres una debilucha. Si viniste a ayudarme, esfuérzate. —Hey, que yo no me puse de rodillas rogándote para que te ayudara a hacer un "trabajito". —Es que es necesario. —Me justifiqué retorciéndome violentamente. Algo me había picado. —¡LEA, QUE ME CAIGO! —Ambas caímos al suelo causa...