Tras una serie de sucesos incontrolables y totalmente inverosímiles, Amy se encuentra con alguien de su pasado. Alguien que no podía estar. Que estaba, muerto. «No es él». «Estás soñando». «No es real», esto último lo dijo más veces que las demás, para dejarlo claro en su cabeza. ¡Sí que lo soy! —gritó en su mente. Le dio una punzada de dolor. Él se dio cuenta, y arqueó las cejas en tono de preocupación. ¡No lo eres!

Encontré una cajita de cartón en mi jardín y la historia se desató.