Para los seres humanos las mentiras se han vuelto algo de todos los días, y uno pensaría que una que otra aquí y allá no pueden hacer daño a nadie, pero la realidad es que por más pequeña que sea puede abrir una brecha del tamaño del atlántico en la vida de a quien va dirigida. Eso le ha pasado a Emma. Las mentiras se han vuelto su pan de cada día. Todo lo que creyó que era verdad resultó no serlo. Lo poco que había logrado construir se había derrumbado tan fácilmente como un castillo de naipes azotado por una fuerte ráfaga de viento. Situaciones extrañas la agobian en su cotidianidad, sueños llenos de un sentimiento que no puede procesar la asfixian durante las noches y un cofre enmohecido en su jardín hace que su salud mental se vea afectada, a tal grado que sus relaciones se fracturan. Se encuentra más perdida que nunca, y de ser una adulta más o menos centrada, de nuevo vuelve a sentirse como la adolescente extraña que era años atrás, la que no encaja por el simple hecho de estar rota. Diferentes sucesos la llevan a descubrir que las leyendas y mitos son ciertos, pero que están mal. Que toda la sociedad está equivocada. Pero nadie más que ella.