La vida no es justa, y eso Logan lo sabe muy bien. Después de una dolorosa pérdida, su corazón se ha vuelto hermético, frío e inquebrantable. No le importa que todos crean que es el malo de la historia. Leah nunca se ha sentido la protagonista de la suya. Vive con la cabeza enterrada en los libros, intentando pasar desapercibida, y se refugia en la gran comunidad de lectores que tiene en internet. Leah no es el tipo de chica que Logan está buscando. Y Logan es la clase de chico que Leah trata de evitar. Quizá por eso lo que hay entre ellos funciona tan bien. YA EN LIBRERÍAS de España, Chile, Uruguay, Argentina, México, Colombia, Ecuador y Perú.

Jayson pasaba sus días en compañía de la soledad y su profundo odio a la música. Rosie era amante de la música y fanática de las guitarras. Una noche Jayson no pudo dormir, el insomnio lo invadía nuevamente. Con desespero buscó un libro para leer, cuando de repente una de sus antiguas canciones favoritas comenzó a sonar. Era la nueva vecina. Ella estaba escuchando aquellas canciones que a él tanto le gustaban y otras que eran una intriga. Una ira incontrolable lo invadió al darse cuenta la mezcla de sentimientos que le generaban oír aquéllas melodías. ¿Quién será la nueva vecina de Jayson?. Una cosa es segura, él la conocerá. //Esta historia es una idea original mía no se aceptan adaptaciones o copias//

Tracy Roth es una estudiante destacada que termino ganando un pasaje de trabajo directo a Enterprises Crowell, una empresa en la que se destaca por solo tener trabajadores hombres. ¿Por qué? Digamos que es una orden rígida y dictada por el magnate, Dominic Crowell. Un hombre ajeno a las mujeres, pero que poco a poco despertara deseos por la recién llegada. Dominic desea a Tracy como nunca deseo a una mujer en su vida, porque literalmente jamás deseo a una. Sin embargo también sabe lo letal que ella puede llegar a ser para el. ¿Y cuál es la razón? Dominic padece de Ginefobia.

SEGUNDA PARTE DE 'LA ÚLTIMA NOTA', DISPONIBLE EN MI PERFIL Apenas sé nada de ella. Sé que le gusta la música. Sé que siempre lleva pulseras de viejos festivales. Sé que nunca me mira. Sé que se llama Jane. Y sé que no he dejado de pensar en ella desde que entró en mi tienda.