Justo cuando Adnes recuerda todo se complica. Ella no sabía que todas las respuestas que necesitaba estaban mucho más cerca de lo que se imaginaba. ¿Será muy tarde para arreglar las cosas? ¿Recuperar sus recuerdos tendrá un coste? ¿Que pasará con Lian? ¿Pagará Benni por sus delitos o se saldrá con la suya? Será el final de algo que nunca empezó o el inicio de algo sumamente hermoso a plenitud.

Adnes ya no recuerda a Lian. Como si todo lo que los unió nunca existió y todo lo que habían construido desapareciera. Sin importar qué, el chico intentará unir los lazos para ayudar a Adnes a recuperar su memoria mientras lucha por protegerla. Ella solo quiere recordar lo pasado por la pérdida de su novio Denis y descubrir al asesino. La chica no cree tener vínculos con alguien como Lian. Alguien que no entra en su estatus y estabilidad económica. A pesar de que el mayor miedo de Lian salga a flote, hará lo que sea para demostrarle a Adnes que el amor no se compra.

Lian y Adnes aunque sean de mundos diferentes se ven envueltos en un juego creado por el destino. El, un humilde chico optimista, apasionado y entregado a lo leal. Ella, de familia adinerada, de alto estatus es presa del pasado que la marcó, no confía en nadie y lucha constantemente de minimizar lo que siente hacía el chico. Sin saber que ya ambos habían entrelazados fuertes lazos cuando sus miradas se encontraron. Hay veces en las que el final, se encuentra marcado desde que todo comienza.