Si tuviste unos cuantos sustos con la primera parte, estoy segura de que no te vas a querer perder la segunda. Porque hay que admitirlo: ¡Nos encanta el terror! Podes estar cagando ladrillos de lo asustado que estas pero vas a querer más y más... "Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae." © Totalmente prohibida su copia y/o adaptación.

Solo yo puedo verle sin morir en el intento, solo yo puedo sentirle, pero cuando el resto de la gente se da cuenta de que Él ha estado entre ellos... ya es demasiado tarde...

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¿Qué pasa cuando una chica que nunca se mete en problemas y cree que enamorarse de un playboy es estúpido, tiene como niñero al playboy de la escuela? Supongo que nada bueno.

Emmy Lou está mudándose de nuevo, luego de la trágica muerte de su padre. Su tío Jeremy, el creador de Butler Records, la ha rescatado y se la ha llevado a Los Ángeles. Emmy deberá lidiar con las travesuras de sus nuevos compañeros de casa, la tristeza de haber perdido a su padre y la responsabilidad de vivir sin adultos. Obra registrada en SafeCreative: código 1502153259124 No se permiten adaptaciones de ningún tipo. (Marzo 29, 2013) [Ésta es la versión sin editar, así que tiene varios errores. Tengan en cuenta que comencé a escribirla en las notas de mi iPod cuando tenía 13 años, así que tiene mil cosas que tengo que corregir. La versión editada será subida a mi perfil en poco tiempo.]

// PUBLICADA EN FÍSICO POR NOVA CASA EDITORIAL // Idiota. Cree que teniendo perfectos músculos, unos ojos miel envidiables, una altura que te hace quebrarte el cuello cuando lo quieres mirar a los ojos, cabello rizado, perfecta piel besa..., esperen..., me he perdido, ¿qué estaba diciendo? ¡Oh, sí! Ese idiota cree que teniendo todos esos perfectos dones puede usar a una mujer cómo quiera, pues yo no lo creo. Soy Annabella, pero, por favor, llámenme Ann si no quieren que los mate, y esta es la historia de cómo conocí al cretino desesperante que tengo como tutor... Peter Harrison.

Heather Foster es lo que se conoce como una niña de papá. Su expediente está impoluto, sus notas no podrían ser mejores, tiene una vida en la que no le falta de nada y su padre es el sheriff del pueblo. ¿Qué pasará cuando se entere de que un delincuente se tiene que quedar en su casa por orden judicial?

~Soy perfecto, tengo el cuerpo perfecto, la sonrisa perfecta, la ropa perfecta, en fin todo el mundo piensa que soy perfecto. Así es, exactamente todo el mundo "piensa" que soy perfecto pero no lo soy. Soy la farsa en persona, el chico rudo, el mujeriego del instituto que usa a las chicas y después las deja tiradas, el que esconde sus secretos, ese soy. ~Llegue a pensar que tenía el novio perfecto pero me engaño, pensé que tenía la vida perdida hasta que me enamore perdidamente del chico rudo. Esta historia esta protegida por Safe Creative. Código: 1408021656425

Allison, una chica de Manhattan, enamorada de su mejor amigo, amor el cual no es correspondido; decide dejar a todos sus amigos y marcharse de su ciudad natal para comenzar una nueva vida llena de fiestas y desfases en Miami. El problema vendrá cuando se reencuentre con sus amigos dos años después de haberse marchado... ¿Quién sobrevivirá a los líos de la mansión Hastings?

LIBRO 1 - Felix Guillen © 2014 Cuando Aria Hamilton, víctima de otra mudanza llega a Idaho junto a sus padres y a su hermano Ian, cree que sus días serán igual de monótonos que en sus institutos anteriores. Pero todo cambia cuando, por casualidades de la vida, su destino se cruza con el de él... el chico solitario. El día que Steven Stinson comienza el nuevo y último año escolar cree que todo será igual, las mismas chicas, los mismos profesores, y las clases aburridas de siempre, ya está harto de todo y lo único que quiere es poder escapar, y hacer realidad su sueño de crear música. Pero todas esas ideas cambian cuando la ve entrar a ella... la chica de los ojos azules. «El destino ha vuelto a juntarlos para reanimar su amor olvidado, pero no solo les traerá amor, sino también secretos... que creían enterrados.»