𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐆𝐎 𝐎𝐅 𝐆𝐎𝐃.
Niklaus Vittorelli era la representación misma de la perfección, la más cercana a un dios que pudiera existir entre los mortales. Pero, para algunos, él no era más que un falso ídolo, no había emociones en su rostro ni pasión en sus ojos. Su indiferencia lo elevaba por encima de los demás, lo convertía en una figura...