Hay sentimientos que no gritan. Que no piden permiso ni se presentan con nombre. Viven en la mirada que se desvía, en el roce que dura un segundo más, en los silencios que se llenan de todo lo que no se dice. Este es un relato sobre el amor que no se pronuncia, pero que existe, fuerte, constante, imposible de ignorar. Alira Vescari y Neris Halstrom se conocieron a los dieciocho años, cuando apenas eran dos jóvenes intentando entender el peso de sus apellidos, sus carreras, sus futuros trazados desde antes de nacer. Una estudia diseño, la otra arquitectura. Dos mundos distintos, pero complementarios. Dos legados familiares marcados por la exigencia, la perfección y las expectativas heredadas. Desde aquella primera fiesta universitaria, se volvieron inseparables. Mejores amigas, dicen. Confidentes. Lo que nadie sabe es que detrás de esa cercanía perfecta se esconde un amor silenciado. Neris guarda un sentimiento que creció lento pero firme, que ha aprendido a ocultar por miedo a perderla. Alira, por su parte, arrastra secretos que jamás se ha atrevido a compartir, marcada por un compromiso que no eligió, y por heridas que no se ven. Ambas están atrapadas entre el deber, el deseo, y la idea de que tal vez el amor no siempre tiene derecho a nombrarse. Lo que calla el corazón es una historia para quienes han amado en silencio, para quienes se han quedado, para quienes aún esperan... aunque no lo digan.

Velmyr no fue creado para la paz. Fue dividido desde su origen: luz contra sombra, visión contra olvido, orden contra caos. Cuatro reinos nacieron del mismo núcleo, pero negaron su parentesco con furia sagrada. Durante siglos coexistieron, separados por orgullo, magia y frontera. Hasta que una visión cambió todo. Una profecía surgida del sueño más profundo reveló lo impensable: el mundo ya ha elegido. Solo un reino sobrevivirá. Con esa revelación, la guerra se convirtió en ley. Las cúpulas doradas de Etherya se alzaron con llamas purificadoras. Las grietas de Naer'Zhul rugieron con hambre ancestral. Los Velkyr desaparecieron entre nieblas y advertencias. Y los Kaethari, por primera vez en siglos, empezaron a caminar hacia el centro del mundo. En medio del caos, cuando todo debía ser odio, ocurrió lo imposible: una ser de luz y uno de sombra se encontraron. No por destino. No por venganza. Por algo mucho más peligroso: por elección. Y en un mundo que ya decidió separarse... dos almas eligieron unirse.