Alejarte por el bienestar de quien amas no te hace una mala persona, elegir tu paz no te hace egoísta. Un último ruego no le hace daño al corazón, te demuestra quien está dispuesto a luchar a tu lado.
Después de 14 años de casados Lucero y Manuel sienten que su matrimonio se va deteriorando hasta llevarlos al divorcio. Nuevos amores llegan a sus vidas, pero siempre socios por sus hijos. Años después se dan cuenta que su amor no está perdido y deciden terminar lo que todavía no se ha escrito.